La vida es un continuo movimiento: alzas y bajas, claros y oscuros, música y silencios... contrastes que enriquecen nuestro transito en este plano que nos habita. En ocasiones se repiten situaciones que no nos agradan e incluso nos hacen daño, son la clara evidencia de que no se ha aprendido la lección.
Hay que estar atentos ante las señales que se presenten y que nos muestra aquello que no queremos ver donde culpamos a otros de lo que nos sucede, cuando en realidad somos los creadores de los eventos que se nos presentan. Atraemos lo que hemos creado con el pensamiento, negándonos la posibilidad de comprender que lo que hay a nuestro alrededor existe dentro de cada uno.
Cada experiencia es una enseñanza, viene a mostrarnos sin rodeos lo que el universo nos ha querido decir en otras oportunidades y no le hemos prestado atención por estar distraídos. Es nuestro el trabajo de revisar diariamente nuestro pensamiento para tomar conciencia de donde estamos enfocados y cambiar aquello que nos roba tranquilidad por otros que nos ayuden a ser mejores cada día y sobre todo a querernos mas.
Comencemos el ejercicio con determinación y conciencia con la certeza de obtener cambios favorables, en la medida en que nos mantengamos firmes en nuestro propósito. Si deseamos ver cambios en nuestro entorno, el mismo debe comenzar en nosotros y el resultado será progresivo hasta lograr grandes transformaciones tanto a nivel personal, social y mundial
Liris Miyares
10/01/20
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