En una tarde cualquiera
de un mes cualquiera
del año dos mil y tanto
comienza nuestro fugaz encuentro.
Íbamos o veníamos de un lugar
te propuse visitar el parque
dijiste he venido antes.
Pero desde ese momento
comenzaron a suceder
aquellas visitas a ese bello lugar
nuestros encuentros románticos
eran más intensos y necesarios.
La tarde, el agua, los pájaros
mudos y cómplices testigos
de aquellos momentos.
La brisa refresca
nuestros humedecidos encuentros
canarios, perdices, tolditos
y hasta carpinteros, celebran
en coro aquel romance
floreciente en primavera.
La tarde vestida de colores,
el trinar de las aves
la brisa suave y fresca
brinda pinceladas y matices
a tan bello y tierno encuentro.
Autora Liris Miyares.
Sitio web de la imagen: http://creandoutopias.net/2013/03/31/encuentros-bajo-la-lluvia/
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