Lucila caminaba en silencio, pensativa, con la mirada
ausente, perdida como abstraída en sus pensamientos. De repente bajo la vista y
observo el suelo lleno de verdes pinceladas de grama, a lo lejos el bosque
frondoso con árboles gigantes, una corriente de agua cristalina bañaba en caída
serpenteante las grandes rocas que se mojaban tranquilas todo el trayecto.
Todo el espectáculo maravilloso la lleno de energía y
vitalidad, siguió su camino en compañía de las aves que alegres cantaban y
llenaban de vida el momento, algunos animales silvestres danzaban disfrutando
de todo lo que les pertenece. Era tan hermoso el momento que se quedó dormida
contemplando con admiración tanta belleza.
Cuando despertó el sol se había ocultado en el horizonte,
los animales corrían a esconderse en sus madrigueras, las aves buscaban sus
nidos en las copas de los árboles. Lavo su cara, el agua fría activo las células
aun dormidas, pensó regresar pero no sabía a donde ir, sintió miedo, comenzó a
rezar para sentirse más segura.
La noche arropaba el bosque, la luna clara y redonda
iluminaba la estancia, sintió deseos de correr pero algo la detuvo. No podía precisar
lo que era, sintió un frío que le helaba la sangre, se quedó paralizada, sudaba
copiosamente, temblaba de miedo. Se arrodillo, cubrió con las manos el rostro,
clamaba al cielo vinieran a buscarla.
La luna claríta avanzaba junto con algunas nubes
dispersas. A lo lejos vio la silueta de lo que parecía ser un león, con sigilo
se escondió en la maleza, mientras se acercaba con paso seguro aquel animal que
en la oscuridad se veía más grande a medida que se acercaba.
La sombra dibujada en el suelo se aproximaba cada vez más
dejándola casi sin aliento, era una sombra gigante. Lucila repetía en silencio “Dios
mío protégeme que no me vaya a hacer daño”. Poco a poco abrió sus hermosos ojos
color miel y vio frente a ella un tierno gatito que le venía a hacer compañía.
Después de ese susto Lucila se tiro al suelo riendo a
carcajadas, abrazo muy fuerte al tierno gatito y más confiada se fue en busca
de un lugar seguro donde pasar la noche.
Derechos reservados de autor:
Liris Miyares
Villa de Cura
Estado Aragua
Venezuela
20/08/2015
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