Tu
Voz altiva y
serena retumba en tus valles, montañas, ríos, mares, lagos, calles y veredas.
Eres hermosa cual sirena adormecida
en la profundidad de la noche,
Nada te perturba ni te inquieta ante
las dificultades,
En
tu pecho acoges a tus hijos sin importar diferencias,
AZotan
vientos que amenazan tempestades,
Unidos estamos aun cuando pensemos
diferente,
Estemos
distanciados por una u otra razón.
Lo que necesitamos es estar más
cerca, sentirnos, escucharnos
A parte de apoyarnos y demostrarnos
lo afortunados que somos.
Por tus calles avanzan en polvareda
los jinetes de la libertad,
Atravesando tus caminos recorridos
en la distancia,
Todos
somos mudos testigos de sus hazañas, triunfos y derrotas.
Reconoces en cada uno, sus virtudes
y defectos
Insistes
en mantener viva la memoria de tu esencia,
Aunque con ello se enfrenten tu
pasado y tu futuro.
Quienes recibimos tu legado,
Únicos herederos de tus riquezas y
bellezas
Estamos comprometidos con nuestros
descendientes a
Respetarte, cuidarte y valorarte
aúnque,
Incurramos muchas veces en
situaciones que te hieran
Dispuesta estas como madre a perdonar todo
Aquello que como hijos sin proponernos te
causamos.
Autora Liris Miyares
